El absolutismo llevó a los Borbones a querer controlar todos los asuntos que afectaban al reino, incluidos los de la Iglesia. Este control se basaba en la doctrina del regalismo, que reafirmaba la autoridad y las prerrogativas reales de la monarquía frente a los intereses eclesiásticos ligados a la Santa Sede, lo que suponía un mayor control del Estado sobre la Iglesia.
Uno de los mayores logros para la monarquía fue la firma del Concordato con la Santa Sede.
No hay comentarios:
Publicar un comentario